La segunda batalla de Hell in a Cell fue por el campeonato de la WWE, lo que volvió a confundir a los fanáticos... teniendo ya un nuevo campeón de SmackDown y con la batalla por el campeonato de RAW en puerta ¿cual sería el evento principal?
Cena llegaba como amplío favorito en esta batalla al verse muy dominante en los programas previo al PPV. De hecho el AA realizado el RAW previo a Hell in a Cell daba la impresión que Randy Orton llegaba como víctima.
La batalla en realidad cumplió a medias las expectativas ya que aunque la pelea fue muy intensa, en muchas ocasiones hubo periodos largos de tiempo entre golpe y golpe… haciéndola torpe y muy lenta. En esta ocasión (y de la misma manera que en Breaking Point) la mayor parte del encuentro fue dominada por Randy Orton, esquivando en muchas ocasiones los ataques que le mandaba John Cena y generalmente lastimando con sillas y escaleras el cuerpo del campeón.
El momento de la polémica llegó cuando Randy Orton recibió un STF por parte de Cena y este logró quitárselo al llegar al borde del ring (no había descalificación por lo que las cuerdas no pudieron ayudar mucho a Orton), pero al momento de intentar regresarlo y continuar con el castigo, Orton empujó a Cena que se estrelló con el referee… sacándolo del ring. Justo en ese momento Cena logró sacar la rendición de Orton con otro STF, pero no había referee, por lo que Cena tuvo que bajar a reanimarlo. Justo cuando lo logró, Randy Orton conectó un certero RKO lo que casi provoca que Orton se llevara la pelea en ese momento.
Finalmente Orton logró su cometido de llevarse el cinturón de la WWE al aplicar una dormilona a John Cena que previamente fue atorado en las cuerdas por su rival y justo cuando el referee ayudó al rapero mayor a liberarse, Orton conectó su patada en la cara de Cena, lo que fue el final de la pelea.
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